Enfrentamos un cambio de época, desafiamos constantemente la existencia también de conflictos, desigualdades y exclusión social, lo cual lo vivimos en todas las estructuras sociales, desde la familia hasta las naciones, un poder económico globalizado que nos obliga actuar con una visión de glocalización, definida como pensar globalmente y actuar localmente.
Ante estos retos es prioritario para Nueva Esperanza hablar de la cultura de paz y del buen vivir en comunidad, promoviendo la paz positiva en nuestras esferas sociales, ya que está es una gran herramienta para no dejar que la violencia que impera en todas sus formas y siga siendo parte de la vida cotidiana, como algo aprendido y observado u observado y aprendido.
La cultura de paz no se obtiene sino como un resultado del desarrollo integral y en proporción al grado de cultura de sus individuos y comunidades de sus pueblos. Por lo que nuestra labor permanente ha sido y será el fomentar para desarrollar estrategias y proyectos que propicien abatir los índices de violencia; encontrar óptimos mecanismos y métodos para la resolución de conflictos, así como la comprensión de las diferentes condiciones que los generan.
Conforme a la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz emitida por las Naciones Unidas en septiembre de 1999, una cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en:
El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación.
El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.
El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.
El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos.
Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio ambiente de las generaciones presentes y futuras.
El respeto y la promoción del derecho al desarrollo.
El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres.
El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información.
La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los
niveles de la sociedad y entre las naciones; y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz.
Además, los estudios de la paz o para la paz, o estudios de la paz y los conflictos son necesarios para entender el carácter multifactorial de los conflictos internacionales y las amenazas a la paz (incluyendo factores políticos, económicos, ecológicos, culturales, antropológicos, psicológicos, etc.) Concebir a la paz no sólo como la ausencia de guerra, sino como un concepto positivo que incluye la justicia, el desarrollo económico y social equilibrado y el conocimiento y respeto mutuo entre las naciones; así como todos los demás factores que contribuyan a la desaparición de la violencia estructural, la pobreza, la desigualdad, el racismo, la xenofobia, los prejuicios y estereotipos culturales negativos, y el militarismo.
En Nueva Esperanza iniciaremos una agenda de trabajo a favor de la cultura de paz por lo que estaremos abiertos para recoger las propuestas que enriquezcan el plan de cultura de paz de nuestra organización y de esta manera fortalecer un proyecto nacional a favor de la paz, un ejemplo que inspire a las nuevas generaciones e impulsar juntos el desarrollo integral del ser y por supuesto de nuestra nación.